Al
prodigio de PODEMOS, es decir, a su sorprendente irrupción en nuestra vida
social van unas líneas en esta Bitácora de cosas perdidas, o inusuales. No comentaremos este suceso desde la
perspectiva entrevista por los tradicionales detentadores y, con más frecuencia,
perdón, maltratadores de la opinión política. Y tampoco desde la que practican
los propios valedores de PODEMOS, ayunos y necesitados como están de cargarse
de razones, programas, soluciones, medidas, y todos esos recetarios que exige
el sistema, a modo de reválida, a quien aspira a ocupar el poder.
Tal
vez merezca la pena detenernos en la eficacia del simbolismo arcano de
PODEMOS, y en su epifenómeno, y también en algunos de los mitos viejos que
arrastra, aun sin quererlo, o saberlo, y que como tales actúan sobre gente de
toda edad y condición, sugiriendo una propuesta de recambio...
1.
La Tesis de la Compañía.
Hay un dicho sefardita que dice: “No me llores por ser
pobre, sino por estar sólo”. En efecto, el discurso evidente y público de PODEMOS se dirige a criticar el estado de
necesidad, de desigualdad e incluso de pobreza relativa que afecta millones de
españoles, aherrojados por la crisis hasta llevar a muchos a un nivel de
desesperación y tristeza. Pero por debajo de ese discurso hay otro, que es más
efectivo emocionalmente, y que tal vez no es preciso enunciarlo. Es el mito de
la vuelta al ideal comunitarista, en parte de raíz aristotélica, y que busca el
encuentro y la compañía en la ciudad, en la plaza, en el ágora, que ahora ya
puede ser virtual, y de ahí el poder de las redes para PODEMOS, porque mantiene
la realidad y la ficción de la relación con el otro en tiempo real, 24 horas al
día. Es un ideal de reciprocidad y de compañía con el amigo, y en la medida en
la que no se enuncia y plasma en principios, -lo que sería muy comprometido y
difícil-, resulta aún más eficaz, puesto que cada uno lo puede construir en su
imaginario a su gusto. Se trata de despojar a los Señores del Aire, como diría
Javier Echeverría, de su dominio telemático sobre las personas para, invirtiendo
el uso, emplear las tramas del Espacio-Red a modo de Portal del Tiempo Solidario.
Un Portal con el zaguán siempre abierto, con sitio para todos, puesto que se
define sobre todo como un no-lugar. Su Reino tal vez no es de este mundo. Pero
no importa. Así, en un mundo confuso, lleno de problemas, ininteligible e
inseguro, PODEMOS lanza una metáfora de la amistad, del acompañarse y tenerse,
y les dice a todos: No estamos solos. No estáis solos. Y eso vale más que el
dinero, o que cualquier promesa de Renta Básica de Universal de Ciudadanía para
los excluidos del sistema. Es un ideal de la democracia antigua y vecinal. ¿Conseguirá PODEMOS hacerlo creíble, y realizable, gracias a estas redes del Espacio-Tiempo?
2.
La Tesis de la Palabra.
Escribía Octavio Paz: “El lenguaje no es una convención
sino una dimensión inseparable del hombre. Por eso toda aventura verbal posee
un carácter total: el hombre entero se juega la vida en una palabra”. En los
mítines de PODEMOS se canta, se lanzan metáforas audaces para tomar el cielo, y
hasta se recitan poemas, o se citan versos, entreverados de soflamas y de
brindis a ese sol que quiere nacer, y que prefigura un futuro casi al alcance
la mano. Esto es inusual en la política de hoy. Ya no se hace; ni ese es el
estilo limpio, aséptico, corporativo y empresarial que los asesores de imagen y
sus empresas de comunicación han impuesto a los políticos de cualquier partido.
PODEMOS vuelve a confiar en el poder de la palabra sagrada, en el verbo
primitivo que hizo con el lenguaje hombre al ser humano. Por debajo de las
palabras de los programas que contienen tal vez poco detalle, por ahora, está
certidumbre que supo ver el mexicano: “Todo poema es una fiesta: un precipitado
de tiempo puro”. Y por eso los mítines de PODEMOS y sus largas quedadas
adolescentes tienen algo de fiesta, una fiesta de la Palabra Recuperada, en
donde las cosas vuelven a querer decir algo, con sentido, algo en lo que uno
puede confiar. Y la gente quiere que las palabras vuelvan a querer decir cosas,
y que no valgan unas por otras. La gente no quiere palabras kleenex, de usar y
tirar, sino palabras de gente de palabra. Por último, decir que el poderoso simbolismo de escalar hasta el cielo,
para entrar en contacto con los seres
superiores, presente en el cuento primitivo inglés de “Las Habichuelas
Mágicas”, donde Jack tiene que subir el árbol para llegar al cielo para buscar
un tesoro, sitúa a PODEMOS en la saga representacional de un Esculapio o de un Hermes, héroes fundadores y
sanadores del cuerpo social.
3.
La Tesis de la Centralidad.
Para Aristóteles, de nuevo, la virtud moral se
sitúa en el punto medio, equidistante de pasiones y sentimientos contrapuestos.
Son muchos los que han interpretado la búsqueda del centro político, enunciado
por PODEMOS en su 18 Brumario de Vista Alegre, desde una óptica del oportunismo
electoral, y hasta con argumentos sibilinos relativos a una operación de
encubrimiento u ocultamiento de las verdaderas intenciones de PODEMOS, una vez
que alcanzase el poder. Por debajo de ello, percibido y anhelado igualmente por
la gente, hay en cambio un deseo de recuperar un sentido de lo apolíneo, de lo
moderado en su forma perfecta. La Tesis de la Centralidad trata de recuperar el
sentido del equilibrio, de la medida, de la serenidad y de la jovialidad,
huyendo de la desmesura de la gran bacanal dionisiaca de la que todos seríamos culpables. Y por eso,
para exorcizar ese sentimiento de culpa colectiva, y para huir del recuerdo de
esa bacanal del consumo y de la dilapidación en la que se sumió España durante
15 años, la gente necesita de un joven Apolo, o de varios, que representen ese
ideal purificador situado en el punto medio, y representado por el autocontrol.
En un país de tradición católica, para muchos, votar a PODEMOS significa pasar
por el confesionario para arrepentirse de tropelías y desmanes, propios y
ajenos... ¿Conseguirá PODEMOS realizar este viaje al epicentro de la reforma del sistema político? ¿Se lo permitirán sus numerosos flancos, esos que lo han traído hasta aquí? Esos flancos o patas son tantas como lo son las carencias y deseos de quienes proyectan en PODEMOS sus ilusiones y sus aspiraciones. Y PODEMOS, que se presenta como un banderín de enganche hacia el cambio, es tan dúctil que permite que cada uno lo imagine y sienta a su conveniencia. Pero
cuando se vea obligado a satisfacer y compatibilizar, en ese cuidadoso punto medio citado, los sueños de unos con las necesidades
de todos, su riesgo será que no se produzca un nuevo Desencanto, como el que se
produjo tras la recuperación de la democracia y la gente, al dejar las calles,
comprobó el acierto de aquello escribiera Giuseppe Tomasi di Lampedusa en El Gatopardo, describiendo el proceso de
guerra civil y convulsión que condujo a la Unificación italiana: Que todo
cambie para que todo siga igual.
4.
La Tesis de la Marea Ciudadana.
PODEMOS, y todo su antecedente convulsivo, como
hijo putativo que es del 15 M, se ha hecho en la calle. En la calle recuperada
y tomada por los ciudadanos. Todavía hoy muchos de sus Círculos, al carecer de
locales, se reúnen en parques, plazas, soportales, y allí donde les dejan.
Tiene algo este movimiento de filosofía antigua, cínica y estoica y de
desprendimiento franciscano de los lujos. En la metáfora de la Marea Ciudadana están
subsumidas y se resumen todas las marchas, caminatas y mareas de todos los
colores que han venido recorriendo el país, de Norte a Sur, de Este a Oeste,
como una Rosa de los Vientos horadando la tierra para hallar el tarro de las
esencias colectivas. El ser humano primigenio se hizo caminando, y las Largas
Marchas, y los Éxodos, pertenecen a este imaginario colectivo de los pueblos que
caminan y marchan y que llevan como mascarón de proa una promesa. Con eso
basta, puesto que el mecanismo de la marcha colectiva socializa el sufrimiento
entre toda la comunidad. Hay otros caminan porque los han desahuciado, o porque
igualmente temen perder su casa. Se trata por tanto de ir hacia adelante, de
caminar incluso sin fe, sin aferrarse a nada. Por eso la Caminata es una
metáfora del desprendimiento de los viejos valores, y la Marea es una alegoría
higienista del que viene a limpiar la playa de chapapote y de los tenderetes con
que la han mancillado especuladores y ventajistas. La playa virginal que hay
que recuperar es el Templo edénico. Por último, los que marchan y caminan en
esta Marea, con Benedetti y con Brecht, rinden homenaje a aquel que llevaba un
ladrillo a cuestas para mostrar cómo era su casa.
5. La Tesis de la Inmadurez,
o del Regreso de Peter Pan.
Hay un rechazo a la madurez en PODEMOS y la gente
percibe y comparte esta deriva. Y se congratula de ello. Y a su vez los
feudatarios de la llamada Casta y sus privilegios recriminan a PODEMOS su falta
de solidez, la propia inmadurez de sus planteamientos, su ingenuidad y su
adanismo a la hora de plantear soluciones viables, factibles, para todos. Yo de
chico era ya muy discutidor y díscolo. Y con frecuencia alguno de los Hermanos
de la Salle, o algún profesor, trataba de zanjar las discusiones conmigo con el
no-argumento de que yo era aún pequeño o joven para entender, para comprender
el alcance de las cosas. Aquello me irritaba y me sacaba de mis casillas. Yo
sólo entendía ese interdicto como apelación a un principio de autoridad que
concebía la relación profesor-alumno como práctica disciplinaria y castradora.
Y eso que todavía no había leído a David Cooper. Seguro que decía yo muchas
tonterías, cierto. Pero también recuerdo ahora las tonterías que decían muchos
de mis maestros. Y su miedo a la verdad. Pues allí donde está el
desconocimiento también está la posibilidad y la frescura de crear lo nuevo. Decía
Oscar Wilde que la educación es una cosa admirable, pero que conviene recordar
de cuando en cuando que nada de lo que vale la pena ser aprendido puede
enseñarse. En PODEMOS y en su pretendida inmadurez hay un Peter Pan que ha
vuelto..., y la gente está de su lado.