LOS COMENTARIOS

To the Happy Few: espero que estos comentarios y las otras ideas o divagaciones que siguen en la bitácora presente puedan ser de alguna utilidad a quien quiere seguir o ya está en este oficio o carrera de las letras, ya porque sea muy joven y no tenga a quién acudir, o ya porque no siendo joven de cuerpo sí lo sea de espíritu, y desee o considere que es adecuado, con toda llaneza, combatir de este modo que ofrezco el aburrimiento...

Las reglas de uso que propongo al usuario son simples: que tus comentarios busquen la contundencia de la piedra lanzada y suspendida en el aire, buscando allí afinar la idea.

Deseo también que estos pequeños dardos de este diario personal que aquí inicio sirvan como disparadero de ideas para otros proyectos ajenos destinados a otros espacios.

Por último, los diálogos que se produzcan los consideraré estrictamente privados. Y no es preciso poner punto final a los mismos, pues incluso los ya transitados pueden recrudecerse pasado un tiempo.

miércoles, 19 de junio de 2019

Leila Alaoui en Madrid

Durante todo el verano en Casa Árabe de Madrid, y más tarde en Sevilla y en Córdoba,  y con el apoyo de la Fundación Leila Alaoui de Marrakech, el Museo Yves Saint Laurent de esa ciudad, en el marco de PHotoESPAÑA 2019, y el apoyo de la propia Casa Árabe y la Embajada de Marruecos, presento a través de mi plataforma Hélicon Axis la obra de Leila Alaoui, y su serie de 30 grandes retratos Los Marroquíes, comisariada por Guillaume de Sardes.
Ait Hani. 2014. Serie Los marroquíes.  Leila Alaoui. ©Fundación Leila Alaoui
Leila Alaoui (1982-2016) fue la artista marroquí más internacional de los últimos 10 años. Nació en Paris de madre francesa y de padre marroquí en 1982, y falleció a los 33 años, a resultas de un atentado yihadista en Uagadugú, en Burkina Faso el 18 de enero de 2016, cuando colaboraba en un reportaje para Amnistía Internacional sobre la situación de la mujer, titulado "Mi cuerpo, mis derechos". Leila se educó en Marrakech. Siempre quiso ser fotoperiodista. Estudio antropología y fotografía en la City University of New York y de alguna manera se sintió inspirada por la obra de fotógrafos como Richard Avedon, cercanía que puede verse en la serie de Avedon del Oeste Americano, aquí en enlace y en la intención de recorrer un país y reflejar su identidad, machacada, de Robert Frank en su serie Los Americanos. Sus imágenes pictóricas, por otra parte nos recuerdan a los grandes artistas barrocos del siglo XVII o a renacentistas como Jan Van Eyck, s. XV, el último de los góticos.

Leila parte de estas referencias para explorar la construcción de la identidad en su país, la diversidad cultural y las migraciones en la región mediterránea, que era uno de los temas en los estaba trabajando antes de ser asesinada. En general, utilizó la fotografía y el video arte para expresar las realidades sociales a través de un lenguaje visual que se encuentra en los límites del documental y las artes visuales. El suyo es un proyecto ético, que homenajea también a Edward Said, como nuestro propio, 
Foro Observatorio Tánger Tarifa. El compromiso humanitario de Leila Alaoui incluía, entre otras cosas, trabajos fotográficos para conocidas ONG como el Consejo Danés para los Refugiados, Search for Common Ground y ACNUR.

Después de trabajar en fotografía y cine, Alaoui regresó a Marruecos en 2008 cuando recibió una beca de la Unión Europea para un proyecto fotográfico sobre los migrantes, un tema cuyas consecuencias humanitarias le interesaba siendo ella misma una heredera cultural y cruce de tradiciones y países. El caso de Los Marroquíes explica su método de trabajo. Alaoui escogió una región de Marruecos para pasar una semana en un pueblo con su estudio móvil "para que la gente se acostumbrara a mí y se sintiera cómoda". Luego esperaba el día del mercado, cuando venía gente no sólo de la aldea sino también de las aldeas vecinas. Instalaba elestudio en medio del mercado, con un fondo negro y dos focos. Y alle dejaba que la gente se acercase. Pero sin posar. Igual hacia 200 fotografías hasta que una le parecía interesante.
Leila Alaoui © Fundación Leila Alaoui
 Los marroquíes, presentado en la Biennale des Photographes du Monde Arabe en 2015, es uno de los últimos proyectos de Leila Alaoui. Aquí tenemos una serie de 30 retratos que fueron seleccionados por Guillaume de Sardes para el Museo Yves Saint Laurent de Marrakech. La expo refleja un recorrido de la fotógrafa, con su estudio portátil, por todas las regiones de Marruecos. La propia Leila explicó acerca de esta obra: «Tirando de mi propia herencia, y visitando pueblos y comunidades, utilicé el filtro de mi posición íntima como marroquí para revelar, en estos retratos, la subjetividad de las personas que fotografié». Los retratos de Leila Alaoui atestiguan la variedad y la riqueza de la ropa rural tradicional marroquí. Esta diversidad también se encuentra en los tonos de piel, rasgos. Esta exposición, refleja, en palabras del comisario, «el carácter de una obra comprometida y humanista. La obra de Leila Alaoui esta representada en el mundo por la fundación que lleva su nombre y por Galleria Continua.

Tameslohte (Marrakech-Safi 2010) Serie Los marroquíes.  Leila Alaoui.  ©Fundación Leila Alaoui

El objetivo del Estudio Portátil Leila Alaoui era producir un "archivo visual de las tradiciones y universos estéticos marroquíes que tienden a desaparecer bajo los efectos de la globalización". En este trabajo, sentimos la urgente necesidad de identificar a los últimos actores de las culturas materiales e inmateriales en peligro. Las imágenes de Leila Alaoui no son fotos robadas, sino retratos en el sentido más fuerte y clásico de este género. Tienen una fuerte dimensión pictórica, y están alejados de toda tentación pintoresquista. El de Leila era un proyecto ético, de afirmación de la dignidad, contrario a todo orientalismo...».
Al presentar su serie Les Marocains Agradezco en verdad el apoyo a este proyecto de Alberto Anaut, Claude Bussac y Ana Berruguete de PhotoESPAÑA 2019; de Nuria Medina y de todo el equipo de directivo de Casa Árabe, de la Embajada de Marruecos y de su consejera cultural Malika Labidi, por haberme ayudado a sacar adelante lo que no puede ser sino un homenaje a la gran artista y mujer comprometida en las causas más nobles. Pensar que Leila no está físicamente con nosotros esta semana en Madrid es darnos cuenta -una vez más- de la injusticia del mundo. Pero su obra está y su ejemplo permanece, y su vitalidad contagiosa y su sonrisa nos empujan a seguir adelante siempre... 
Ella nos ha pasado el testigo.

miércoles, 12 de junio de 2019

La gestión cultural en la galaxia rural



La cultura como fenómeno total, es hoy global, instantánea, y portátil. La llevamos con nosotros, bajo la Nube que cubre el cielo protector que nos separa de la galaxia, con sus sistemas de comunicación satelital activados 365/24. En los últimos treinta años del siglo XX se impusieron los conceptos de Galaxia Gutenberg y de Aldea Global. 
El filósofo canadiense Marshall McLuhan fue el proponente principal de esta nueva dupla conceptual que, combinada, explica tanto las conquistas y como las complicaciones de nuestra vida diaria. Es decir, el binomio “comunicación planetaria” ha cambiado para siempre nuestra manera de pensar, ver y actuar. Nunca antes nuestro horizonte cultural estaba tan marcado por esta revolución de la escala, pues esta, a partir de cierto momento crítico, deriva en otro universo en el que la cifra nos lleva o muestra otra condición, que nos afecta, en grado sumo. proponemos el término de galaxia rural, que no es una redundancia sino una amplificación e intensificación del fenómeno de la comunicación directa, puesto que la globalidad de la galaxia como característica fundante alude aquí al suceso de la comunicación vis a vis, peer to peer, puerta con puerta, vecinal y grupal, y a su portabilidad y accesibilidad; justo lo que la sociedad híper-urbanizada de las megalópolis había eliminado. 
La Galaxia Gutenberg ha dejado de estar localizada físicamente, y ya no es siquiera un archipiélago de planetas, estrellas, islas y compartimentos sociales estancos, visitables gracias a esos puentes y enlaces que podían ser atravesados gracias a las nuevas contraseñas y derechos de portazgo que había impuesto la red.
La nueva profesión del gestor cultural como intermediario social y cultural total, como casi no lo puede ser nadie más, se ha ido consolidando, y, en paralelo, nuevos grados académicos y nuevas maestrías han ido acompañando el desarrollo de esta nueva especialidad. Se puede aventurar que a pesar de la crisis sistémica que desde el mismo 2007 viene afectando a casi todas las economías y sociedades del planeta, en un grado u otro, la tarea del gestor cultural se ha hecho más necesaria que nunca. Es más, la del gestor cultural, en la medida en la que la revolución cultural de la portabilidad de la comunicación global se ha extendido a todos los ámbitos de la vida social, ha sido una de las pocas profesiones que ha podido sortear dicha crisis con relativo éxito personal, y empresarial, aunque sea desde la autogestión más pura y dura. Eso es el contexto de la gestión cultural en la galaxia rural.
Esa capacidad de resiliencia, tiene mucho que ver con el carácter generalista del quehacer del gestor cultural, que, si lo es de veras, se podrá mover entre líneas como nadie, adelantando e intersectando tendencias, nichos de actividad, pensamiento y consumo, sectores sociales de alta, baja y media cultura, y, sobre todo, relacionando personas y agendas, intermediando al servicio de la sociedad en la que vive y cuya cultura impregna algo más que la necesaria satisfacción de nuestras necesidades básicas. Pues, siendo esto último muy importante, lo otro tiene que ver con el vivir como proyecto, como camino hacia algo, o para dejar algo. El gestor cultural es un generalista. Siempre lo fue. Mezcla de cura laico, sociólogo y artista, por supuesto que estará especializado en determinadas facetas de la vida cultural, pues de algo hay que saber en profundidad para luego ser un buen generalista. Pues sabiendo uno de una cosa, es fácil extrapolar procesos para comprender tecnologías, necesidades y desarrollos relativos a otras áreas.
Puede decirse que los dos factores, ambos ya mencionados y sobre los que decimos algo en este video, han reforzado el papel y la necesidad del gestor cultural, como gran hermano generalista y analista de nuestro tiempo, al tiempo que han implosionado dicha profesión hasta confundirla y diluirla en la vida social.

lunes, 10 de junio de 2019

PABLO PÉREZ-MÍNGUEZ


El viernes 7 de junio, Día Internacional de Archivos, un grupo de amigos, comandado por la sobrina de Pablo, Rocío Pérez-Mínguez, que está preparando una biografía sobre su tío, nos reunimos en el Centro Cultural del Águila de la Comunidad de Madrid para rendir homenaje -y recordar- al gran fotógrafo y amigo PABLO PÉREZ MÍNGUEZ. Se presentó el archivo de PPM, depositado en El Águila -Archivos de la Comunidad de Madrid-, y hablaron de su biografía su hermano Joaquín Pérez-Mínguez y Rocío Pérez-Mínguez. En la mesa titulada ''EN TORNO AL ECLECTICISMO DE PABLO PÉREZ MÍNGUEZ: FOTÓGRAFO POP, KITSCH, MÍSTICO Y CONCEPTUAL'', nos sentamos y conversamos Ignacio Gómez de Liaño (Happening), Luis Garrido (Nueva Lente), Carlos Yillasante (El Photocentro), Bárbara Allende 'Ouka Leele' (La Movida), Miguel Angel Arenas 'Capi' (Starmaker), José Tono Martínez (La Luna de Madrid), Ramón García del Pomar (Rock-Ola), Rocío Pérez-Mínguez (Biógrafa). Y luego vinieron las ACTUACIONES de la performer Eva Lyberten, y un video clip enviado por Paco Clavel, ''Corazón contento''.

Tras internarme acompañado de Lissie en el trastero donde guardo los archivos de La Luna de Madrid y de los años 80 (ver fotos), yo me centré en su generosidad, primero, con La Luna de Madrid, desde su primer autorretrato de 1983, en el agua del mar, tras su visita al Balneario de Carratraca, hasta el 87, pues PPM junto con Bárbara Allende-Ouka Leele, Juan Ramón Yuste, Alberto García Alix, Antonio Bueno, Jaime Gorospe, Gonzalo de la Serna, Ana Torralva, Eduardo Momeñe, Javier Campano, Juan Manuel Castro Prieto, Domingo. J Casas, Miguel Oriola, Humberto Rivas, fueron entre otros muchos, algunos de los fotógrafos que nos acompañaron siempre, y la revista está marcada por todos ellos. Ya en el debate, yo destaqué, de PPM, su papel de editor y creador intelectual en Nueva Lente, antecedente claro de La Luna. De hecho, hicimos un número especial con la colaboración de Carlos Serrano GAD y Keko Yuste, dedicado a Nueva Lente. 

En una entrevista en el número 14 de enero de 1984 que le hacía Paco Morales, PPM, en pleno momento de fama total vinculada a La Movida, a las fotos de Fabio de Miguel y de los grupos musicales, reconoce que su interés es el de intentar hacer un museo de fotografía en Alcalá de Henares. Por primera vez, se siente con poder y nos dice ''La sensación de poder como fotógrafo es fantástica, proporciona el hipnotismo que yo necesito para conseguir mis fines de retrato y rollos con la gente. El poder da mucha capacidad de hipnotismo. Noto que la gente se pone cada vez más a mi disposición cuanto más caras cobro las fotos. Esto es muy interesante. Yo consigo más de ellos y consigo más de mí. Es una fascinación a tope y yo la uso. Uso la fascinación del poder porque los demás me dejan usarla''. Adjunto al lado una fotografía de PPM que le hizo su gran amigo Txomin Salazar, colaborador infatigable de la Galería SEN y de Eugenia Niño, amiga íntima de ambos y apoyo de la obra de PPM siempre. Por cierto, Txomin Salazar Acha era primo segundo mío, y nos reíamos mucho de eso.
También al margen del latiguillo de fotógrafo de La Movida, quise destacar el papel de PPM como retratista de lujo, su trabajo fino y detallista, leí una carta con instrucciones para publicar sus fotos, en este caso las de Santiago Auserón, lo que muestra la preocupación que ponía como editor, que lo había sido como decimos de Nueva Lente, y que lo distinguía de otros fotógrafos que no ponían tanto interés en la manera de ver publicadas sus fotografías. No era el caso de Pablo, que junto a las cinco fotografías de Santiago Auserón, me escribió una carta con instrucciones muy precisas que reflejaba su preocupación por la manera en la que debía mostrase su trabajo, y cómo el concepto de atmósfera se trasladaba a cada imagen. Reproduzco la carta de PPM, en la que especifica: "A cada personaje invitado saco CINCO FOTOS, siempre con el mismo formato blanco/blanquísimo e iluminación uniforme: ¡SIEMPRE EN EL MISMO ORDEN DE MOTIVACIÓN! (las fotos van numerdas por detrás):
1- LA INEXPRESIÓN DEL ROBOT. (INEXPRESIÓN)
2- EL DESPRECIO A LO MÁS DESPRECIABLE. (DESPRECIO)
3- GUSTANDO CON SIMPATÍA. (SIMPATÍA).
4- MALESTAR INTENSO/INTERNO (DOLOR).
5- CLARIDAD FRETE AL MILAGRO (ÉXTASIS)...
Me gustaria que se notase que es una serie exacta..."
En fin, PPM era un gran retratista y aquí se ve su preocupación extram por reflejar la psicología y la "atmósfera2 de los reratados. Añado otros retratos del nº especial del 87, con retratos de Coque, Darío Basso, y Marío, el teclista de La Mode.

Respecto de su papel intelectual y promotor de la fotografía, pues estaba al tanto de todas las Generaciones, la V, la VI, la VII, no hay nada mejor que recordar sus propias palabras. Así, en otra entrevista en esta ocasión en el número 31 de septiembre del 86 dedicada a Nueva Lente, y realizada por Juan Ramón Yuste y Javier Olivares, PPM hace un repaso de las generaciones anteriores a la V, y dice: ''En la Primera estarían los primitivos hasta Ortiz de Echagüe : Pla Janini, Montserrat... La Segunda (en los 20) sería la de los primeros artistas, los herederos de Echagüe, que era un genio total: Catalá Roca, Centelles, los Cantero, las grandes sociedades fotográficas, Barceló. La Tercera sería la de los desgraciados, la generación perdida, los agonistas. Los que rondan la cincuentena. Los que llenaban las páginas de ''Imagen y Sonido'' y ''Arte Fotográfico'' en los 60: Schommer, Miserachs, Maspons, Massats... Papel duro, grano y salonistas. La Cuarta seríamos nosotros, los fundadores de NL y los Socias, Molina... Los más ''yuppies'', los que ahora rondamos los cuarenta. Somos más surrealistas, teníamos otro techo que no eran los salones. La Quinta da entrada al color, a la fotografía como concepto y expresión (la que cobijaba NL), a la autoocrítica, al diseño... Aquí estarían Fontcuberta, Villasante, Guardans, Vallhonrat, Gorda Dúo, tú (ese tú es Yuste) y, en definitiva los que salieron en aquel NL del 74. Y algunos más. Eran los modernos. Luego vinieron los posmodernos: Alix Ouka Lele, Paco Navarro... Estos ya serían la Sexta Generación. Y la Séptima sería la que hay que buscar ahora: la de los nacidos en el 63 para adelante. La de Alcalá de Henares, el hijo de Canogar... De todas formas ahora no haría tanta falta estas cosas, ni NL ni movidas. Está todo más normalizado''. La entrevista se titulaba ''Hay que vivir la fotografía'' porque para PPM la fotografía era vida, era happening, era algo antiestático y de hecho nos decía que su famoso estudio de Monte Esquinza era ''una mezcla de Freud y de Cabaret''.

También me centré en recoger su visión de Bernard Plossu, su amigo, y la idea de la búsqueda de ''atmósfera'' en la imagen, que compartía con el francés. Adjunto una foto abajo del propio PPM, con Plossu. Al que define: ''Amigo de la vida, transparente, exacto y romántico, fanático de lo simple, compañero, hermano y gran viajero pero no de fronteras sino de olores'', eso nos decía en un número de La Luna de Madrid del 1987, el 37. Y en la vida, porque PPM y Luis Pérez Mínguez, su hermano fotógrafo, eran vida...Y les debemos mucho...