LOS COMENTARIOS

To the Happy Few: espero que estos comentarios y las otras ideas o divagaciones que siguen en la bitácora presente puedan ser de alguna utilidad a quien quiere seguir o ya está en este oficio o carrera de las letras, ya porque sea muy joven y no tenga a quién acudir, o ya porque no siendo joven de cuerpo sí lo sea de espíritu, y desee o considere que es adecuado, con toda llaneza, combatir de este modo que ofrezco el aburrimiento...

Las reglas de uso que propongo al usuario son simples: que tus comentarios busquen la contundencia de la piedra lanzada y suspendida en el aire, buscando allí afinar la idea.

Deseo también que estos pequeños dardos de este diario personal que aquí inicio sirvan como disparadero de ideas para otros proyectos ajenos destinados a otros espacios.

Por último, los diálogos que se produzcan los consideraré estrictamente privados. Y no es preciso poner punto final a los mismos, pues incluso los ya transitados pueden recrudecerse pasado un tiempo.

miércoles, 18 de septiembre de 2019

Memes y memos. La ciudad inteligente en la "galaxia rural"

En el nº de septiembre de Revista de Occidente, titulado Ciudades sostenibles, Ciudades inteligentespublico un largo ensayo acerca de eso que yo llamo la "galaxia rural". No voy a hacer un spoiler de Revista, porque hay que comprarla y apoyar estos núcleos discretos de pensamiento libre, que, como Claves de Razón PrácticaEl Rapto de Europa, Trama & TexturasEl Ciervo y otros mantienen el viejo hilo de la reflexión en tensión.
En este texto, en todo caso, hablo desde la perspectiva de esos mutantes de Legión, la serie, que ya somos, a punto de  caer en el cipayismo ideológico, nihilistas incapaces de juzgar, confrontados a la sobreabundancia de datos y a la coexistencia de mensajes que se autoanulan, ya irremediablemente condenados a repetir y a aceptar los mensajes dominantes que proceden del mundo de la tecnociencia y la galaxia rural, un mundo de memes y memos.

En La metamorfosis del mundo (Paidos, 2017), Ulrich Beck, antes de morir, advertía contra ese riesgo mundial para el cual ya no hay respuesta institucional. Así, si los riesgos son globales, las soluciones son podrían ser locales, puesto que la gente desconfía y desconfiará más de esas lejanas jerarquías angelicales que manejan las redes y operan por delegación.
Ahí podría entrar la verdadera ciudad inteligente, de ciudadanos insurrectos y rebelados contra  el llamado, por Javier Echeverría, Tercer Entorno, controlado hoy por los nuevos señores feudales del aire, dueños de la ciudad informacional GAFAM, -Yuval Harari dixit- acrónimo de Google, Apple, Facebook, Amazon y Microsoft. Necesitamos una Katniss Everdeen que nos inspire y ayude generar redes de ciudadanos y ciudades, independientemente de los Estados y de los Gobiernos Regionales que quieren reemplazar a esos nuevos estados públicos y privados que nos quieren convertir en un mercado de receptores y consumidores. Yo vindico ahí una conversación inteligente en la ciudad inteligente -la que reclamaba Jorge Wagensberg- y la posibilidad de espacio de disonancia, o de silencio, paseo furtivo, incursión en el Vacío, katabasis (descensus ad inferos), o su contrario, ascensión, transfiguración.
Así, el termino galaxia rural, no es una redundancia sino una amplificación e intensificación del fenómeno de la comunicación directa, puesto que la globalidad de la galaxia como característica fundante alude aquí al suceso de la comunicación vis a vis, entre pares, peer to peer (P2P), o puerta con puerta, vecinal y grupal, y a su portabilidad y accesibilidad; justo lo que la sociedad híper-urbanizada de las megalópolis ha eliminado.

Pero ello supone liberarnos de agendas plutocráticas saqueadoras de recursos limitados, como las que dependen del prejuicio del crecimiento del PIB, que corre en paralelo al otro prejuicio que nos advierte y amonesta acerca de la población decreciente en un país. Yo a eso lo llamo un mito de hooliganismo nacionalista, herencia de las políticas de bloques y ejes. No porque seamos más somos o seremos mejores, ni porque la prensa agite esas banderas de -«ya somos 47 millones», de qué, me pregunto..., en un país en donde a veces en lugar de cabeza parece que tenemos un balón de reglamento... Algunas de estas ideas de renuncia, de autolimitación, han sido hoy recogidas por el Movimiento de la Lentitud (Slow LifeSlow Food) o el de Decrecimiento Feliz, ideas impulsadas por Mauricio Pallante de Serge Latouche, entre otros.
 © Ivan Giménez – Tusquets Editores
            El problema es el actual modelo de ciudad que está fallando, ya no integra, sino que desintegra, tribaliza y convierte partes de la ciudad en guetos de exclusión social, económica o racial. Bueno, de esto, y de la realidad virtual matrix que está a la vuelta de la esquina, de las distopías black mirror y de la ley del secretoápeiron-no trasmisible hablo en este ensayito para los pocos felices que busquen esa conversación inteligente a que hacíamos referencia el querido y llorado amigo Jorge Wagensberg. 



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viernes, 13 de septiembre de 2019

Simbolismo del bordón del peregrino



"El caminante del Camino se distingue de otros caminantes por su bordón de madera, y su primer acto ritual al comenzar a interpretar la partitura del Camino consiste en recibir su bordón de otro caminante que lo ha realizado, o en su defecto, hacerse uno. El caminante neófito del ritmo del camino debe ser su propio lutier, y como aprendiz de laudero debe buscar la mejor madera que se adapte a su son, sea el fresno, el avellano u otra cualquiera. Este bordón, cuyo simbolismo externo es muy complejo, es en su interior la batuta que guía al caminante hacia el camino como ruta de iniciación musical . Por eso se dice que el bordón canta, pues a modo de tercer pie y el más sonoro, el bordón ayuda a llevar el ritmo de la música del camino, la propia y la de otros caminantes.
Al bordón o báculo de andar del caminante lo he llamado muchas cosas en distintos sitios: pértiga de atleta, batuta del camino, pregonero de la marcha, serpiente tuneada. El bordón es tan alto como lo es uno, y según la costumbre antigua. como dije, debe ser fruto de obsequio, intercambio o esfuerzo: es un don, y como tal no puede comprarse. O lo conquistas, o te lo regalan o te lo haces. El bordón es también el tercer pie del viajero; la trinidad hecha camino. En caso de pérdida o de internamiento en bosque cerrado, el bordón será el primer guía que irá despejando el camino de maleza. Es el único pasaporte del extranjero de todas las tierras.

El bordón simboliza y recoge la tradición del cayado que distingue al pastor Hermes, tres veces sabio, guía de hombres y mensajero de los dioses y que permite al peregrino que lo porta transustanciarse en heraldo de la paz y la palabra. En la tradición antigua, Hermes es el padre de los Lares, gemelos que custodian las encrucijadas en el camino, y su propia indumentaria nos remite a la que luego se atribuye a Santiago. Hermes aparece tocado por sombrero de ala ancha, el pétaso (gr. πέτασος), que en su caso es alado, y porta una vara larga de olivo, el caduceo (gr. Κηρύκειο) que le ha entregado Apolo, y que recuerda a la otra vara que regala igualmente Apolo a Esculapio: este es bordón del caminante. Son todas varas de pastores y trashumantes. En ambos casos, la serpiente se enrosca alrededor de la vara, dos en el de Hermes y una en el de Esculapio.

Parafraseando al maestro Marius Schneider, el sonido del bordón al golpear sobre el terreno que recorre el caminante, y el propio bordón como notación musical, establecen una analogía con el zumbido de las abejas y su vibración celestial. En todo caso, el bordón de madera es como una lanzadera hacia el centro de la tierra, conecta la mano con la naturaleza. Además, sobre el bordón mismo se pueden hacer muescas de recuerdo con la navaja, y dibujos que copian los signos de los canteros del camino. Muchas de estas anotaciones son la partitura del Camino que allí queda signada. Por otra parte, hay una afinidad natural entre la tierra que se recorre y bate, y el peregrino que la hace consonar a modo de atabal o caja de resonancia. El tambor, y su sonido, es un instrumento tradicional para consonar la experiencia primordial de iniciación y de contacto con la otredad. Los iniciados en el camino percuten sobre la tierra como si esta fuera en realidad el tambor del mundo, siendo el bordón la maza o baqueta que bate la piel que cubre el vano que sobre el que el propio peregrino baila y danza...
En la jerga del camino, el bordón es el único compañero ruidoso del caminante gracias al cante o ritmo que este marca y bate sobre el piso; será siempre diferente pero su persuasivo mantra nunca dejará de ayudarnos en los momentos de agotamiento. Esta alusión al zumbido de abejas como eco de la música de las estrellas está también recogida en diversas fuentes antiguas y modernas. También una abeja, al posarse sobre los labios de Platón, le dio a este el poder de la palabra dulce y cautivadora. Y una abeja es la que sale de la columna de humo de los viejos reyes ungidos. De este modo, los iniciados en el camino percuten sobre la tierra como si esta fuera en realidad el tambor del mundo, siendo el bordón la maza o baqueta que bate la piel que cubre el vano que sobre el que el propio peregrino baila y danza..., y ungido y ligero -liberado de su peso- habla excelsamente o en melodía, o calla".

© Extractos de Hijos del Trueno. Mitos y símbolos en el Camino de Santiago. Prólogo de Carlos García Gual. Madrid: Eds. Evohé. 2017.