Este es un blog para personas que piensan que la literatura es la verdadera religión de nuestro tiempo y de todos los anteriores, y que con Juan Ramón Jiménez repiten: "Los dioses no tuvieron más sustancia que la que tengo yo".
LOS COMENTARIOS
To the Happy Few: espero que estos comentarios y las otras ideas o divagaciones que siguen en la bitácora presente puedan ser de alguna utilidad a quien quiere seguir o ya está en este oficio o carrera de las letras, ya porque sea muy joven y no tenga a quién acudir, o ya porque no siendo joven de cuerpo sí lo sea de espíritu, y desee o considere que es adecuado, con toda llaneza, combatir de este modo que ofrezco el aburrimiento...
Las reglas de uso que propongo al usuario son simples: que tus comentarios busquen la contundencia de la piedra lanzada y suspendida en el aire, buscando allí afinar la idea.
Deseo también que estos pequeños dardos de este diario personal que aquí inicio sirvan como disparadero de ideas para otros proyectos ajenos destinados a otros espacios.
Por último, los diálogos que se produzcan los consideraré estrictamente privados. Y no es preciso poner punto final a los mismos, pues incluso los ya transitados pueden recrudecerse pasado un tiempo.
sábado, 5 de noviembre de 2011
Un sólo libro en el corazón de un hombre. Lampedusa. Svevo.
viernes, 7 de octubre de 2011
El sentido del peligro. Borges. Paz.
lunes, 3 de octubre de 2011
My Brother´s Keeper. James Joyce.
domingo, 25 de septiembre de 2011
Contracorriente. Gil-Albert. Castaneda.
sábado, 17 de septiembre de 2011
La barbarie del especialismo. García Morente. Kant.
sábado, 9 de abril de 2011
La vejez y la muerte, Koestler, Levi, Zweig.
lunes, 4 de abril de 2011
El gallo de Asclepio y la metáfora. Nietzsche.
domingo, 27 de marzo de 2011
Las aguas leteas (II). Platón, Píndaro, Cernuda, Borges.
En los vastos jardines sin aurora;
Donde yo solo sea
Memoria de una piedra sepultada entre ortigas
Sobre la cual el viento escapa a sus insomnios.
Al cuerpo que designa en brazos de los siglos,
Donde el deseo no exista.
No esconda como acero
En mi pecho su ala,
Sonriendo lleno de gracia aérea mientras crece el tormento.”
martes, 8 de marzo de 2011
Las aguas leteas (I). Gil de Biedma.
sábado, 26 de febrero de 2011
La desesperante esperanza. Bergamín. Homero.
“No intentes consolarme de la muerte, esclarecido Odiseo,preferiría ser en la tierra un labriego al servicio de otro,de un hombre indigente y sin recursos para mantenerse,que reinar sobre todas las sombras de los muertos”.
jueves, 24 de febrero de 2011
Las seguridades aparentes. Sebald, Coetzee.
lunes, 21 de febrero de 2011
Una "clase" de honestidad. Semprún, Malraux, Levi.
domingo, 13 de febrero de 2011
Lo que dejamos en los libros. Bruno Schulz
martes, 8 de febrero de 2011
Extraterritorialidad del escritor. Gombrowicz, Borges, Saer, Denevi.
miércoles, 2 de febrero de 2011
El deber, y la precaria eternidad del escritor. Norbert Elias.
Dice Elias: "Lo que resulta insoportable en nuestros días es el enfrentamiento cara a cara con la limitación de la vida individual. No logramos vernos como portadores de una antorcha que hemos de entregar al relevo, no aceptamos la cadena de entramados humanos en la que vivimos, intentamos encubrir la finitud de nuestra individualidad", (pág. 13. La soledad de los moribundos, FCE, México, 1982, 2009).
Para terminar, otra cita de Elias, relacionada con nuestro debate: el deber del escritor, y de nuevo, el de cualquier persona, estaría también en relación con "la plenitud de sentido de sentido del individuo y su significado que, en el curso de la vida, alcanza para los demás, bien por su persona, por su comportamiento o por su trabajo" (pág. 103, op. cit.). Ese es tal vez nuestro cielo: dejar un buen recuerdo poblado de palabras y gestos que nos honren.
domingo, 16 de enero de 2011
La vida cotidiana. Proust.
domingo, 9 de enero de 2011
La histeria de los pueblos, y de las personas. Robert Musil.
Hannah Arendt tenía una opinión pésima de las "ciencias históricas", en el sentido de que el Estado les dictaba lo que tenían que decir y porque la "verdad" se construía como materia interpretable. Al margen de este ejercicio de manipulación evidente y que Arendt vivió de primera mano entre los años treinta y sesenta, la realidad es que cada generación cambia el criterio de lo que es relevante para cada conjunto de hechos, en cuanto a que aún estando marcados por lo inevitable, por su condición de "suceso", tal vez lo más interesante sea la posibilidad que se nos brinda de revisar cada uno de esos sucedidos, no tanto porque hayamos descubierto nuevas fuentes de documentación como que nuestros criterios a la hora de señalar lo aceptable y lo inaceptable han cambiado.