LOS COMENTARIOS

To the Happy Few: espero que estos comentarios y las otras ideas o divagaciones que siguen en la bitácora presente puedan ser de alguna utilidad a quien quiere seguir o ya está en este oficio o carrera de las letras, ya porque sea muy joven y no tenga a quién acudir, o ya porque no siendo joven de cuerpo sí lo sea de espíritu, y desee o considere que es adecuado, con toda llaneza, combatir de este modo que ofrezco el aburrimiento...

Las reglas de uso que propongo al usuario son simples: que tus comentarios busquen la contundencia de la piedra lanzada y suspendida en el aire, buscando allí afinar la idea.

Deseo también que estos pequeños dardos de este diario personal que aquí inicio sirvan como disparadero de ideas para otros proyectos ajenos destinados a otros espacios.

Por último, los diálogos que se produzcan los consideraré estrictamente privados. Y no es preciso poner punto final a los mismos, pues incluso los ya transitados pueden recrudecerse pasado un tiempo.

sábado, 17 de septiembre de 2011

La barbarie del especialismo. García Morente. Kant.

La barbarie del especialismo, llamaba el filósofo español Manuel García Morente (1886-1942), a ese fenómeno que había conducido a una formidable acumulación de conocimiento científico de mil y una disciplinas, aumentando el saber total de la humanidad, y en igual proporción acreciendo la ignorancia particular de cada hombre. Lo decía en su Discurso Inaugural dirigido a la Asociación Española para el Progreso de las Ciencias, pronunciado en Madrid en 1931. Ese discurso lleva por título La vocación de nuestro tiempo para la filosofia, y en él se felicita por la importancia que la filosofía está adquiriendo en España, gracias a los nuevos acólitos que se incorporaban entonces a este gaysaber, como tal vez diría Nietzsche.
García Morente me trae muy buenos recuerdos pues suyas son las estupendas y clarísimas traducciones de Manuel Kant que yo leí y estudié, y en particular recuerdo la que hizo de la Fundamentación de la Metafísica de las Costumbres, que también pude leer en inglés, en la traducción de H. J. Paton. Ambas traducciones, en el decir erudito, establecen el canon kantiano en castellano y en inglés de ese libro, cuya  duradera influencia no se compadece con su brevedad.
Este Catedrático de Ética recorrió él sólo lo mejor de la filosofia europea de la primera mitad del siglo XX, sobre todo como traductor de Husserl, Spengler y otros pensadores europeos., sobre todo franceses. Toda su trayectoria estuvo vinculada a la Institución Libre de Enseñanza, a la Universidad Central y a la Revista de Occidente para terminar  en una conversión tumbativa que lo llevó al sacerdocio, al final de su vida, en 1940, ya viudo, y tras haber sido expulsado del Madrid revolucionario de 1936, injustamente acusado de  colaboración con el bando nacionalista.
Los mentados buenos recuerdos tienen que ver con ese periodo mágico de mediados de los noventa, cuando abandoné el mundo del trabajo y la cantidad para concentrarme en mi tesis doctoral en filosofía. Tras casi seis años en EE.UU., sacrificando en el altar del becerro de oro  y convertido a la causa del  V Centenario y del indigenismo, decidí plantar todo aquello, renunciar a un buena soldada, y volver a sentir el peso de la llamada  el conocimiento, o al menos de aquello que uno desea con todo fervor. No quiero decir con ello que mi vuelta fuera tan pura y ensimismada como venal mi ida. En absoluto. pero sí es cierto que este tipo de retiradas han sido una constante en mi vida, y si no las practico más menudo es por ese sentido del deber libremente asumido, para referirme al citado Kant, y que me obliga a seguir cumpliendo con lo que los demás esperan de mí, sobre todo lo que esperan aquellos para los que yo soy más decisivo, o eso creo. De todas maneras, al final de su vida, García Morente, en su deriva tradicionalista-nacionalista, terminó abrigando ese ideal de Hispanidad rancio que muchos  años después tendríamos nosotros que aggiornar  durante la época de la Gran Revisión de 1992. 
También he pensado en esto del sentido de vocación al que alude el profesor Morente, porque en los últimos tiempos, a costa de la crisis dichosa que parece que va a hundir  a España y a toda Europa,  surge entre los amigos más jóvenes de la Compañía Alada del Camino, y entre mis hijas, la idea esa o preocupación de qué estudiar, y de si hay que optar por el llamado interés económico o por aquello que uno ama u desea vocacionalmente.
Mi opinión es clara, y va en el sentido de lo sugerido por García Morente. En primer lugar, la decisión basada en el cálculo frío de oportunidades no es nunca una garantía  de éxito a largo plazo, y lo sucedido hoy en día con los arquitectos o con los que han estudiando administración de empresas, que sobran a mares, o ayer, por pensar en los ochenta, con los médicos o los abogados, es ejemplo suficiente. Pero mi punto va más allá de todo esto. Tenemos una sola vida, y el objetivo más importante de esta es alcanzar alguna montesca cota de felicidad y de auto-realización. Y para ello, uno, si puede, debe tratar de estudiar o de vivir de lo que más ama y siente como propio. Y por lo demás, si uno es bueno en ello, y será bueno porque precisamente lo ama, aunque sea la ciencia o el saber más alejado del more economicus, al final de ese camino, los resultados se harán evidentes, en un sentido u otro, que es precisamente lo que importa. Y poder hacer esto es desde luego un enorme privilegio, un ejercicio de libertad.
La palabras de García Morente, pronunciadas en 1931, eran entonces tan necesarias como  tal vez lo sean hoy, que estamos en el escenario de otra gran crisis. Tras la hecatombe devastadora, moral, de la Primera Gran Guerra que se llevó por delante imperios y fronteras y que arrastró al matadero a millones de personas, vino la otra crisis del 29, que sumió a Europa en  la desesperación. Aquella primera guerra sanguinaria, cuyo eco terrible palpaba  yo hace poco en la lectura de La Gaviota, de Sandor Márai, publicada en 1943, trajo también, como consecuencia y a modo de tabla de salvación, un ideal de autenticidad y de síntesis que a veces acabó en simpleza, a fuerza de querer ser puro y salvífico.
La llamada de Morente nos compele a acometer los fenómenos fundamentales, huyendo de lo particular en exceso, del extremo positivista y especializado. Así, la vocación se ha de poner al servicio de una causa más general y noble, pues, en definitiva, por ahí asoma el ideal ilustrado, el ideal ético de concordia y de vida plena, feliz. Un ideal de deber y de ejercicio de la libertad al servicio de los demás, de concentración en los temas fundamentales de nuestro tiempo, por parafrasear a su amigo Ortega, no porque uno crea en algo trascendental, pues al cabo somos hijos ilustrados, pero crecidos en un mundo fragmentado, posmoderno, sino porque uno, si lo queremos ver "en oriental", está aquí para hacer que el dolor, la ansiedad y el miedo que produce el mundo disminuya..., o eso quiero yo de nuevo pensar o creer. Por eso, en estos tiempos en  los que parece que los Cuatro Jinetes campean a sus anchas, se hace preciso mantener bien el tipo y componer una bella figura, como dicen los italianos. Y no lo digo en un sentido superficial...

3 comentarios:

  1. Well my friend, it seems as if we are to have “the conversation”, unfortunately not the one about birds and bees, but the one about education, academia and specialism. First and foremost, you have to forget those expectations that were never fulfilled for us, now we suddenly want our youngster’s to fulfill which we never had. Right, basic Freud would have a lot to say on the matter.
    It’s not fair to expect from our children what we have never had. The dilemma of specialism is a fallacy that acts as if specialism= job/work/progfession. Forget it if you are really worried about your kids professional future make sure they have a degree+ skills. Skills are anything from typing, computer, driving, accountancy, drafting, designing… you name it. Are they already earning their own pocket money? Baby-sitting? Caring for the elderly? Waitressing? Tutoring younger kids in their schools? Walking dogs? I can already hear you shouting that this is not America, yes but work is work, the more experience the better, the more they work the more they’ll see what parallel skills they’ll need to have as, at the same time, as they do their degree.
    The best they can ask for is a job that makes time for their academic/professional/creative pursuits. Times were bad for us, they are worse for them and the only thing you can do for them is prepare them for reality not for the world as it should be or we want it to be for them by us, creating false expectations in them. They’d feel doubly disappointed; one, because they haven’t obtained what they were expected to and two, because there was no way to obtain what was expected of them.

    The positive side of this is that you’ll have to be creative with them in their orientation and training. You’ll be more a companion than a guide with all the fun and fulfillment that shared exploration entails.
    My reckoning is that you know me well enough to know that these conclusions have come from years of working abroad, not unlike yourself, coming from a background where a profession was either a skill or created, again not unlike yourself, but at present being confronted with really disappointed youth who weren’t fulfilling anyone’s expectations…whose were they in the first place ? It usually goes back to parents who got work….in administrations at a time when it was the only outlet of work that has now dried up. In Greece civil service posts are being eliminated/cancelled etc. as well as their retirement is being…the untouchables are being touched so look elsewhere for your children…All that the governments have to do is not hold exams andas it does, go on reducing salaries…Who will want to be a teacher in the future? In England no one, elsewhere will soon follow….

    Of course, it’s not the way I want it to be. I remember people getting angry at me because I when the PP I say we live in a right wing country. It’s not that I want it to be that way, so please don’t kill the messenger. These words have been written to encourage creative thinking about possible jobs in the future, or preparation for jobs, just look for alternative as they creep up like you did for your wife, before she became your wife and you prep for her civil service exams, there you saw an opening for her no one saw….you’ll just have to do the same for these other young beauties in your life.
    I knew absolutely nothing about García Morente, to me he sounds like one of those characters found in contemporary novels of Javier Cercas, who later turn out to be real writers, like Bolaño or Cortazar’s Morelli, who I desperately want to be real. Again, that’s my ignorance. I’m glad there was someone silently translating around in Spain. What a lonely life that man must have lived! (654 words)

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  2. Yo me imagino la vida de García Morente como apasionada. Y desde luego no guardo mal recuerdo de mi efímera carrera de traductor de catálogos de arte para el MNCARS, allá a mediados de los noventa. En cuanto a lo de los trabajos, no sé que opinar. Yo siempre me he dejado llevar por la intuición y el sentido de vocación, que es el fondo de la cuestión que traen aquí las palabras de García Morente. Otra cosa es el esfuerzo o la cultura del trabajo que convocas, que es abolutamente necesaria en casi cualquier ámbito de la vida. Creo que uno debe seguir su instinto y, eso, sí tratar allí de hacerlo lo mejor posible. Pero mi idea con esta nota era alejarme un tanto del problema de la carencia de trabajo y centrarme en el ideal de vincular trabajo y felicidad mediante el enlace de lo vocacional, de lo querido. Tal vez no he acertado al expresarlo y, por lo demás, como todo ideal,siempre suscita cierto escepticismo. Y más en estos tiempos...

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  3. Sorry I misread you. I thought there was a worry in your words that was not there. Some people stumble on their vocation by accident, others just know it and then there are those who don’t have any . Yes, there is an instinct in a vocation but I don’t expect to live from it, never had, perhaps just because I wasn’t good enough or never had anything to say. Regarding translation you stopped while the going was good, while you were still in your honeymoon period. I rarely translate texts I love, so I don’t see it as pleasure when it is pleasurable I don’t think of it as work ) Whatever I did for you entered in that category. I saw Morente as a man on his own translating in a country where no one knew what he was doing or why he was doing it, hopefully his students appreciated it, needed it and drank from it. He did end up being a priest....

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