LOS COMENTARIOS

To the Happy Few: espero que estos comentarios y las otras ideas o divagaciones que siguen en la bitácora presente puedan ser de alguna utilidad a quien quiere seguir o ya está en este oficio o carrera de las letras, ya porque sea muy joven y no tenga a quién acudir, o ya porque no siendo joven de cuerpo sí lo sea de espíritu, y desee o considere que es adecuado, con toda llaneza, combatir de este modo que ofrezco el aburrimiento...

Las reglas de uso que propongo al usuario son simples: que tus comentarios busquen la contundencia de la piedra lanzada y suspendida en el aire, buscando allí afinar la idea.

Deseo también que estos pequeños dardos de este diario personal que aquí inicio sirvan como disparadero de ideas para otros proyectos ajenos destinados a otros espacios.

Por último, los diálogos que se produzcan los consideraré estrictamente privados. Y no es preciso poner punto final a los mismos, pues incluso los ya transitados pueden recrudecerse pasado un tiempo.

lunes, 31 de diciembre de 2018

Feliz 2019: el círculo cuadrado

Deseo un Feliz 2019 para todos los amigos nuevos, y para los viejos que, con el paso del tiempo, no hemos perdido la costumbre de seguirnos de algún modo, aunque sea mediante éste, fácil, poco comprometido y vicario de algoritmos y reglas que casi no están en nuestra mano. Y también lo deseo para los que no conozco y me leyeren aquí. 
En todo caso, para algunos de los antiguos, como Amonio Sakkas y otros gnósticos con los que me entretuve en «Hijos del Trueno. Mitos y símbolos en el Camino de Santiago» la verdadera noche de la ignorancia tenía que ver más con el Olvido que con la Caída, que es aquel un concepto muy ajeno al viejo paganismo politeísta que vivificó los tiempos primeros, y que nos es tan querido. 
Así, frente a este monopolio del Gran Hermano antes divino, actualizado hoy en la Galaxia Rural sita en la Red de Redes, como GAFAM, acrónimo de Google, Apple, Facebook, Amazon y Microsoft, Fernando Savater vindicaba en «La Piedad Apasionada» y en «De los Dioses y del Mundo», allá por 1975, aquel paganismo en el que «todo estaba lleno de dioses, pero ningún Dios estaba en todas partes», pues decimos, acaso, un Dios omnipresente, un Dios GAFAM, ¿no es un atentado contra nuestra libertad de pensamiento, contra nuestra intimidad, contra nuestra privacidad? Pues ni el viejo Dios ni el nuevo GAFAM, en verdad, deberían saberlo todo.
Esta última reflexión me sirve de pastilla publicitaria para anunciar que voy a reeditar esos dos libros citados en la Colección Fuera de Lugar, que bajo el sello Polibea que anima el bueno e ilustre de Juan José Martín Ramos, comienzo a dirigir en este año 2109, de acuerdo con el actual calendario gregoriano. Será esta colección un pequeño espacio recoleto que recogerá aquello sustancial que hemos olvidado de algunos de nuestros autores contemporáneos, sin distinguir género literario, y también aquello otro que no pudo verse en su momento, por estar, precisamente, fuera de lugar, quizá algo desubicado, en tiempo y lugar inconveniente, algo que, tal y como están las cosas, sea tal vez la mejor manera de estar en este 2019 que comienza. [Fin de la pastilla publicitaria].
Vuelvo a la felicitación, pues, aunque este rito de manifestar o sugerir o desear un tiempo feliz, en su raíz latina, un tiempo fecundo, fértil, un buen augurio parezca cosa manida y premeditada iteración, no conviene olvidar por lo que dije arriba la buena costumbre de felicitarnos y de desearnos lo mejor en el cambio de año o ciclo. Es también una manera de decirnos: ¡eh, que todavía estamos aquí! 
Por otra parte, cada uno puede vincular el saludo al credo que mejor le plazca, desde aquel que se ciñe al Solsticio de Invierno, cuando se prendía en la vieja Europa celta el Yule Log, o el gran tronco propiciatorio cuyos restos servían para proteger las casas durante el resto del año, o a aquellos otros vinculados a la Navidad cristiana, o a los diversos papás noeles, nicolases, olentzeros, cagoners, magos de oriente y otros varios auspiciadores de bondades. Los devotos de la numerología están muy agitados con este 2019, cuya suma de sus cifras nos brinda un redondo 12, el dodecanario que evoca la perfección en tantas crónicas, y el círculo simbólico o cuadrado rotado en forma de lapis o piedra esencial según el maestro Cirlot.
Deseémonos, pues, un Feliz 2019, que se complazca en dejarnos releer y revivir las semillas maravillosas del pasado, y en sembrar las del tiempo presente.

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