LOS COMENTARIOS

To the Happy Few: espero que estos comentarios y las otras ideas o divagaciones que siguen en la bitácora presente puedan ser de alguna utilidad a quien quiere seguir o ya está en este oficio o carrera de las letras, ya porque sea muy joven y no tenga a quién acudir, o ya porque no siendo joven de cuerpo sí lo sea de espíritu, y desee o considere que es adecuado, con toda llaneza, combatir de este modo que ofrezco el aburrimiento...

Las reglas de uso que propongo al usuario son simples: que tus comentarios busquen la contundencia de la piedra lanzada y suspendida en el aire, buscando allí afinar la idea.

Deseo también que estos pequeños dardos de este diario personal que aquí inicio sirvan como disparadero de ideas para otros proyectos ajenos destinados a otros espacios.

Por último, los diálogos que se produzcan los consideraré estrictamente privados. Y no es preciso poner punto final a los mismos, pues incluso los ya transitados pueden recrudecerse pasado un tiempo.

martes, 30 de noviembre de 2010

El compromiso y la obra. Camus.

La trayectoria civil de un intelectual, artista o escritor, filósofo o historiador, sí es un dato relevante a la hora de leer a ese autor, a la hora de enjuiciarlo críticamente, a la hora de admirarlo, a la hora de recomendarlo.Del mismo modo que todo el pasado es relevante. Sólo por eso la historia es un ejercicio de virtud, pues nos trae esas dinámicas y esas pasiones que pertenecieron a nuestros antepasados. Claro que todo ello no debe paralizarnos. No podemos juzgar la obra de Roma por los esclavos que hizo en España y por la desgracia que trajo a tantas familias ibéricas, condenadas a las minas de Galicia o de Huelva. Pero sí debemos tener en cuenta ese aspecto, no olvidarlo.
Y cuanto más cerca se hallan de nosotros esos sucesos, más nos atañen, más nos compete estudiarlos y recordarlos. Las hogueras europeas en las que ardieron católicos y protestantes, brujas y herejes, judíos y disidentes están ahí, cerca de nosotros. La conquista y la esclavitud de las Américas, de África, están ahí. Y también están ahí las presentes opresiones e injusticias de tantos países islámicos, de China y de otros. Debemos tener esto presente a la hora de defender una ética de raíz universalista.
Con los autores individuales ocurre lo mismo. Podemos degustarlos y leerlos con pasión, a fragmentos o enteros. Las flaquezas y caídas morales no deben impedirnos el ejercicio libre de la lectura, y el disfrute de la magia del arte. Claro que siempre resplandecerán ante nosotros aquellos que nunca contaminaron sus manos con el crimen, con la barbarie, con el engaño.
Para Albert Camus hay una necesaria correspondencia entre hombre y obra. En 1937 escribió: "las filosofías valen lo que valen los filósofos. Cuanto más grande es el hombre más grande es el filósofo". Por eso mismo, no es irrelevante la actitud moral adoptada por el nazi de Friburgo por esas mismas fechas.

2 comentarios:

  1. Perhaps in Camus’ days things were clearer cut, that’s just plain stupid. Hindsight always simplifies the outcome that time provides yet circumstances and outcomes that are unclear at the moment.
    The problem with “l’engagement” is that it can make us judge others who are not committed in the same way. I see Camus et al. as writers who chose a commitments in pretty much the same way other people of other professions did. What do we do with Borges or Jose Camlio Jose Cela’s commitments? If we are speaking of political commitment we are walking on the tight rope between *judgementalism, if such word exists. As an individual I believe in commitments and I strive to meet them but I consider it my decision, my duty to try to make people question it but not imposing it on others. I know that you have your own “engagements”. Hopefully, so it has been among most of us, we interfere, rebel and fight back in different moments of our life. We are so busy living we don’t see it in ourselves or in others until someone points it out. People have a gut reaction against injustice for example, but not always and a gut reaction is not always positive/well intended or positive for humanity or for us as humans.
    (I wonder if this is deep enough for Chiara, the youngest, my only teenager. She is an intellectual but doesn’t know it yet. Last night she was indignant for if I had done the layout in another way, I would have saved paper. I pleaded distraction for having done it while talking with my colleagues. She wanted to know what we were talking about:
    -How superficial! She was still indignant.
    At our age we don’t want to go too deep. I thought.)

    I think people acts say more than their words. I’m not speaking about writing. Writing is an act while speaking can just be a nervous reaction, a learned habit or a declaration of intentions. Some people are very well versed in the act of speaking. My recrimination to the last man I loved was that he was a man of words, not of word.

    At the risk of sounding extremist or pragmatist or manly or something of the sort. I think people’s real commitments are in their acts. Not in their dramatic stance ones but in their behavior. We all like the idea of commitment but do not want necessarily adhere to the reality of it. Thus, we can see the loss of credibility of all politicians, who will not risk their upcoming election, to say the least. Also decisions based on commitments are long, hard and painful. There may be no retribution, no acknowledgment and a loss of what one has obtained to date.
    Yet hopefully, there are still a lot of us who one day act “ No!”.

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  2. Querida Swatchka:
    puede que tengas razón. Y pasados los años, no te digo los siglos, se va perdiendo el sentido de la militancia o del compromiso que pudieron tener unos u otros escritores o intelectuales, o las circunstancias que rodearon su vida y las decisiones que tomaron. Pero con todo, resplandece siempre ante nosotros un cierto sentido del deber, un cierto sentido de haber intentado actuar en beneficio de los débiles, de los desprotegidos, de no haber cedido en demasía al coro de los papanatas y aduladores que rodea al poderoso de todos los tiempos. Resplandece el espíritu libre, y su obra nos parece más noble, más pertinente. Sea cual sea el valor literario, asunto este siempre discutible.
    Pero reconozco que es un asunto espinoso, sin respuesta clara. Los casos de Borges y de Cela, que citas, son claros. Si bien, el posicionamiento de ambos fue variado a lo largo de su vida, y no tengo tan claro que Borges fuera tan consciente de lo que estaba pasando cuando dio la bienvenida a la Junta Militar Argentina, y se fue a almorzar con el dictador Videla. Por cierto que en la compañía de Ernesto Sábato. De alguna manera, ambos se arrepintieron después de todo aquello, trataron de apartarse. Sábato de manera clara.
    El caso de Celine es aún más notable en cuanto al repudio que nos merece su defensa del ideario nazi...; y eso no resta valor a su Viaje al fin de la noche. En el proceso de escritura hay momentos distintos, tiempos distintos, como en la vida, y no es posible la coherencia absoluta de valores, salvo en el héroe. Pero aún así, de nuevo, resplandece con luz propia aquel que no quiso doblegarse al poder del mal, y más lo hace su obra...

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