Sea como fuere, al final parecen ser virtudes aquellas que recomiendan una cierta economía verbal. Y es así ventaja adicional y no menos importante que gracias a que me publican poco, he dicho también menos tonterías que otros. No hay libros apresurados de los que me arrepiento. Y si miro hacia otro lado, ¡cuantos escritores, plumíferos y periodistas notorios, es decir, de neón, han publicado a dos carrillos y hasta llegado a la RAE o recibido el Cervantes y otros premios a base de publicar a trochemoche!
Este es un blog para personas que piensan que la literatura es la verdadera religión de nuestro tiempo y de todos los anteriores, y que con Juan Ramón Jiménez repiten: "Los dioses no tuvieron más sustancia que la que tengo yo".
LOS COMENTARIOS
To the Happy Few: espero que estos comentarios y las otras ideas o divagaciones que siguen en la bitácora presente puedan ser de alguna utilidad a quien quiere seguir o ya está en este oficio o carrera de las letras, ya porque sea muy joven y no tenga a quién acudir, o ya porque no siendo joven de cuerpo sí lo sea de espíritu, y desee o considere que es adecuado, con toda llaneza, combatir de este modo que ofrezco el aburrimiento...
Las reglas de uso que propongo al usuario son simples: que tus comentarios busquen la contundencia de la piedra lanzada y suspendida en el aire, buscando allí afinar la idea.
Deseo también que estos pequeños dardos de este diario personal que aquí inicio sirvan como disparadero de ideas para otros proyectos ajenos destinados a otros espacios.
Por último, los diálogos que se produzcan los consideraré estrictamente privados. Y no es preciso poner punto final a los mismos, pues incluso los ya transitados pueden recrudecerse pasado un tiempo.
sábado, 14 de enero de 2012
La prisa. Rilke.
Sea como fuere, al final parecen ser virtudes aquellas que recomiendan una cierta economía verbal. Y es así ventaja adicional y no menos importante que gracias a que me publican poco, he dicho también menos tonterías que otros. No hay libros apresurados de los que me arrepiento. Y si miro hacia otro lado, ¡cuantos escritores, plumíferos y periodistas notorios, es decir, de neón, han publicado a dos carrillos y hasta llegado a la RAE o recibido el Cervantes y otros premios a base de publicar a trochemoche!
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