Bitácora de José Tono Martínez. Una fatal pérdida de tiempo.
Este es un blog para personas que piensan que la literatura es la verdadera religión de nuestro tiempo y de todos los anteriores, y que con Juan Ramón Jiménez repiten: "Los dioses no tuvieron más sustancia que la que tengo yo".
LOS COMENTARIOS
To the Happy Few: espero que estos comentarios y las otras ideas o divagaciones que siguen en la bitácora presente puedan ser de alguna utilidad a quien quiere seguir o ya está en este oficio o carrera de las letras, ya porque sea muy joven y no tenga a quién acudir, o ya porque no siendo joven de cuerpo sí lo sea de espíritu, y desee o considere que es adecuado, con toda llaneza, combatir de este modo que ofrezco el aburrimiento...
Las reglas de uso que propongo al usuario son simples: que tus comentarios busquen la contundencia de la piedra lanzada y suspendida en el aire, buscando allí afinar la idea.
Deseo también que estos pequeños dardos de este diario personal que aquí inicio sirvan como disparadero de ideas para otros proyectos ajenos destinados a otros espacios.
Por último, los diálogos que se produzcan los consideraré estrictamente privados. Y no es preciso poner punto final a los mismos, pues incluso los ya transitados pueden recrudecerse pasado un tiempo.
martes, 25 de abril de 2023
jueves, 8 de septiembre de 2022
Ciudad Adentro [en la Galaxia Rural]
Con inauguración para el 14 de septiembre en CentroCentro, y apertura al publico general a partir del 15 , he tenido la suerte de poder comisariar y formalizar una expo de ideas, complicada, que explora nexos entre conceptos y personas, espacios y tiempos, proponiendo intuiciones que nos adentran en la experiencia de la ciudad, en el escenario distópico postpandemia que caracteriza la llamada Galaxia Rural de la tecnociudad. Esta es una exposición para pensar: viendo, oyendo, sintiendo.
Tres sherpas. Siguiendo el simbolismo del número 3, como hizo Dante Alighieri en su Divina Comedia, recorremos ciudad adentro apoyados en las trayectorias ejemplares de tres magisters: un filósofo, un músico y una escritora, son los guías/gurús/sherpas que nos conducen ciudad adentro. Ellos son Javier Echeverría (Pamplona, Navarra, 1948), Llorenç Barber (Aielo de Malferit, Valencia, 1948) y Noni Benegas (Buenos Aires, Argentina, 1947).
Nuestro objetivo consiste en sintetizar sus caminos de conocimiento en percepciones que ayuden a descubrir el sentido de preguntas esenciales: ¿hacia dónde vamos? Con ellos queremos parar el tiempo; hacer un alto. La vida Adentro en la Tecnociudad en el horizonte de la Galaxia Rural, donde la máxima libertad convive con la perdida de toda intimidad, como si el dios de la tecnología pudiera penetrar hasta el más secreto rincón de nuestra mente, ha sido traducida a conceptos.
Nuestra vivencia de la galaxia rural tiene algo de retorno paradójico a la Edad Media. Traducir ideas en imágenes y carteles que funcionan a modo de vitrales es el reto que abordan doce multipremiados ilustradores de distintas procedencias y generaciones: Juan Berrio; Delius/María Delia Lozupone; José Domingo; Irati Fernández Gabarain; Elena Ibáñez; Pere Joan; Raquel Lagartos; MiguelAnxo Prado; Pepa Prieto Puy; Rep/Miguel Repiso; Antonia Santolaya; y Mikel Valverde.
La exposición se completa con un documental concebido con una base de entrevistas a los tres sherpas, Barber, Benegas y Echeverría -cuyo material en bruto también ponemos a disposición del visitante, en pantallas auxiliares y en redes- ha sido realizado por Javi Álvarez, videoartista y músico experimental ganador de un premio Ondas en el 2017 con Catástrofe Utravioleta.
Como colofón analógico, y a contracorriente, Ciudad adentro en la Galaxia Rural se acompaña de un simposio que tendrá lugar el 16 de noviembre de 2022. A él acuden los sherpas Llorenç Barber, Noni Benegas y Javier Echeverría, y nueve estudiosos y agitadores que representan los más granado de la filosofía y el pensamiento en España. Son Lola S. Almendros, Andoni Alonso Puelles, Eurídice Cabañes, Adolfo Estalella, Amador Fernández Savater, Alfonso Galindo Hervás, Leire Iriarte Cerdán, Alejandro Martín Navarro, Angélica Velasco Sesma.
Introducción general: https://www.centrocentro.org/exposicion/ciudad-adentro
Folleto hoja de sala: https://www.centrocentro.org/sites/default/files/2022-09/Folleto%20Ciudad%20Adentro_web.pdf
Documental completo, 55 min: https://youtu.be/TQHD6KWpcng
Docu corte Noni Benegas: https://youtu.be/RPoC_aLU-P4
Docu corte Javier Echeverría: https://youtu.be/I-sda9KbF-E
Docu corte Llorenç Barber: https://youtu.be/WfAk3QRDza4
martes, 17 de mayo de 2022
Leila Alaoui: Retrato de una rebelde, a propósito de Los Marroquíes
Leila Alaoui fue una rebelde. Esta es una de las conclusiones que extraemos del libro Off to Guaga, Diario de un duelo imposible, escrito por Abdelaziz B. Alaoui, el padre de Leila y ya publicado en Francia y Marruecos, y que pronto pasará al cine de la mano del director brasileño Fellipe Barbosa. “Off to Ouaga” (“Me voy a Uagadugú”) es el texto del último mensaje que Leila había enviado a su padre, antes de salir en misión fotográfica hacia Burkina Fasso, tras haber recibido un encargo internacional para destacar la situación de la mujer en África. Leila murió defendiendo esta causa en el atentado de Uagadudu, (Burkina Faso, 18 de enero 2016; el atentado fue el 15), mientras trabajaba en la campaña de Amnistía Internacional My Body, My Rights. Leila Alaoui es un icono de muchas cosas, entre otras, la defensa de los derechos de la mujer, y de los desfavorecidos, en defensa de los cuales falleció. Y una gran artista por encima de todo.
Moulay Abdeslam (C) Leila Alaoui Foundation |
Después de trabajar en fotografía y cine, Alaoui regresó a Marruecos en 2008 cuando recibió una beca de la Unión Europea para un proyecto fotográfico sobre los migrantes, un tema cuyas consecuencias humanitarias le interesaba, siendo ella misma una heredera cultural enraizada en dos tradiciones que amaba, la marroquí y la francesa. El caso de la exposición Los Marroquíes explica su método de trabajo. Alaoui se internó en regiones remotas de Marruecos para recorrer pueblos o plazas con su estudio móvil para que la gente se acostumbrara a ella y se sintiera cómoda, nos dice la propia Leila. Luego esperaba el día del mercado, cuando venía gente no sólo de la aldea sino también de las aldeas vecinas. Instalaba el estudio en medio del mercado, con un fondo negro y dos focos. Y allí dejaba que la gente se acercase. Igual realizaba 200 fotografías hasta que una le parecía interesante.
Ait Hani. 2014. Serie Los marroquíes.
Leila Alaoui. ©Fundación Leila Alaoui
En Los marroquíes, Leila trata de revelar la subjetividad de las personas que retrata al tiempo que siente la urgencia de quien sabe que ese mundo está en trance de desaparecer, siguiendo, según sus propias palabras, la estela de Richard Avedon, en la serie que dedica a los héroes desconocidos del oeste americano, y la de Robert Frank, en aquel emblemático recorrido de 1957-58, que presentó con texto de Jack Kerouak. Pero Guillaume de Sardes con razón se pregunta por el objetivismo de Leila, que va más allá de estos maestros para entroncar sus retratos con los grandes artistas barrocos del siglo XVII o con renacentistas como Jan Van Eyck, s. XV, el último de los góticos.
Leila Alaoui, documentalista y retratista a un mismo tiempo, en estas imágenes reposadas, pone un extraordinario cuidado a la hora de reflejar la psicología y la "atmósfera del retratado”, concepto fundamental del francés Bernard Plossu y que permite añadir a la fotografía la secuencia temporal y emocional en la que debe ser mostrada su obra, que siempre es más importante que el espacio circundante, y todo ello nos habla de la delicadeza del trabajo de este estudio rodante que produjo la serie Los marroquíes. Sin duda, para Leila, fotografiar era participar de una ceremonia de posesión hipnótica que le permitía penetrar en el sujeto que tenía delante para producir un retrato completo, humano al cien por cien, mezcla de forma y fondo, ajeno a toda intención decorativa. Leila Alaoui desnudaba el alma de aquellos que se ponían a su disposición produciendo una tipo de fotografía que es vida, que hoy sigue siendo vida además de arte, aura mágica que nos hace volver a sentir el momento creativo de contacto de la artista con el mundo, a través de los testigos de esa epifanía que los retratos que tenemos delante.
Hoy, en el #InstitutoCervantes de Tánger que dirige Javier Rioyo, a seis años de su muerte, presentamos una obra creativa y artística que no ha dejado de suscitar un creciente interés internacional en galerías y museos, periódicos y revistas de todo el mundo. Por otra parte, y al mismo tiempo, el compromiso humanitario de Leila Alaoui con los refugiados y desfavorecidos del mundo y con las numerosas ONGS con las que colaboró (Consejo Danés para los Refugiados, Search for Common Ground, ACNUR, Amnistía Internacional, convierte a Leila Alaoui, la rebelde, en un icono necesario e imprescindible cuyo ejemplo y testimonio nos ha de ayudar a caminar en este mundo globalizado en lo económico, pero crecientemente amenazado por la intolerancia, la falta de libertad, por los prejuicios, y la desigualdad rampante.
viernes, 4 de marzo de 2022
Escapar del futuro con la dignidad intacta
La Santamaría, la Pinta, la Niña, junto a Cabo Cañaveral, Florida, en 1992 |
miércoles, 26 de enero de 2022
El día en que Paco #Gento, la "Galerna del Cantábrico", posó su mano sobre mí.
martes, 25 de enero de 2022
jueves, 25 de noviembre de 2021
Un jersey de lana inglesa no es revolucionario
domingo, 5 de septiembre de 2021
Los felices 80 y la Movida de Madrid
Texto del comisario, José Tono Martínez
A finales de los años 70 y hasta bien entrados los años 80 se produjo una suerte de momento y movimiento creativo vital, cultural, y social de participación popular que cambió las reglas del juego de lo que entonces se entendía como cultura, hasta entonces patrimonializada por élites tradicionales. En el contexto del debate modernidad-posmodernidad, la alta cultura se deja contaminar por la baja, y se hace fluida, híbrida.
La Luna de Madrid
Las
músicas modernas, el pop, el rock, el punk, y las otras músicas infrecuentes;
el mundo de la historieta, del cómic y de los fanzines callejeros; la
moda y las modas en el vestir, diseñadas o inventadas; el diseño de objetos
aplicado a todas las artes decorativas; las revistas culturales de nuevo tipo,
como Dezine, La Luna de Madrid o Madrid Me Mata y otras,
herederas de Nueva Lente; el teatro, la literatura y el cine, que dejan de ser arte y ensayo
vindicativo o experimental, y se hacen tragicomedia celestinesca,
pasoliniana, juglaresca, nuevas
narrativas apegadas a la revolución interna de lo cotidiano; el arte, la
performance y la fotografía, ésta finalmente aceptada como arte con mayúsculas:
todo ello configura ese divertido fresco iconográfico que hoy, sin anuencia de
los protagonistas, llamamos Movida. Y que también, sin acuerdo general,
se suele constreñir a la década que va entre 1978 y 1988.
De
aquellas derivas han pasado unos 40 años, y poco a poco se van haciendo museo.
El epicentro de la Movida fue Madrid, por primera vez emancipada del
sambenito de ciudad franquista, y por ello su onda fue centrípeta,
atrayendo los numerosos electrones libres de otras ciudades, y, al tiempo,
expansiva, afectando a toda España. Sin buscarlo, fue así el último movimiento
total de carácter nacional, estatal: un estado de ánimo, transitorio,
imaginario, pero que ha dejado huella. Lo llamamos hoy feliz, porque fue
muy libre, muy libertario, muy pegado a las calles recuperadas como si estas
fueron los dedos del cuerpo de una ciudad. Si bien es cierto que el fantasma
del sida acechaba a la vuelta de la esquina.
Hace
muchos años escribí una frase que hizo fortuna: «Si viviste
los 80 y te acuerdas es que no los viviste». En este sentido, la década de la Movida supone un canto optimista y
presentista, un cuestionamiento del principio de autoridad, por la juventud de
los actores que se abren paso y hacen del principio del placer y la autonomía
personal un mandato ético y estético. Así, es la primera generación que, por
ejemplo, incorpora una estética gay o de género diluido, y que no teoriza la
diferencia, sino que la practica, despreciando todo esencialismo. El contexto
de la década es el de una carencia de medios endémica y el de una ruina
generalizada. Pero la ausencia de un estado protector y rico se superará con
ingenio, improvisación y espontaneísmo. Pues la Movida no fue dirigida
ni dirigista. Fue grupal, local y ciudadana, con acciones que se hacían
y deshacían de la noche al día, y que buscaba la “actualidad como capacidad del
actuar”, como escribió Pedro Almodóvar por la boca de su personaje Patty
Diphusa, en las páginas de La Luna de Madrid.
Madrid me mata (Cigarro) 1982 (C) Juan Ramón Yuste |
Dos precisiones finales. Como siempre sucede en todo corte o antología, ceñidos por un límite de espacio, se hace preciso decir que no están todos los que son. Al tiempo, me parece interesante señalar que una gran parte de la obra seleccionada, al proceder de colecciones particulares, apenas ha sido vista por el público, lo que espero suponga un aliciente a la hora de degustar esta exposición.
jueves, 29 de abril de 2021
PABLO PÉREZ-MÍNGUEZ: RETRATOS. (La Movida revisitada)
Centro de Arte de Alcobendas, PHotoESPAÑA, hasta el 29 de julio de 2021
Comisario, José Tono Martínez
Pablo Pérez-Mínguez o P.P.M., como le gustaba firmar
sus trabajos (1946-2012), Premio Nacional de Fotografía 2006, fue uno de los
artistas y fotógrafos más relevantes del último cuarto del siglo XX en España,
cuando a partir de 1975 se inicia una transición política y cultural radical de
la que él forma parte protagonista, como artista, como agitador, como
aglutinador y como persona, generosa, divertida y siempre invitante a sus
proyectos, como El Photocentro, y a sus revistas, como Nueva Lente, por
poner dos ejemplos emblemáticos.Javier Utray (c) Pablo Pérez-Mínguez
P.P.M. fue antes que nada un gran retratista y así se
sentía él, y me siento feliz de haber podido interpretar su legado como
retratista de una época irrepetible y contundente, pues no hay nada más
detestable que aquel que trata de corregir o enmendar lo que el artista que se
ha ido quiso y defendió. Como asiduo visitante que era del Museo del Prado
admiraba y evocaba en sus retratos la contundencia de las escenas, los juegos
de luces y la verticalidad de los grandes retratistas del barroco. Así, por
tanto, como retratista, es como a él gustaba verse y pensarse. Para Pablo,
fotografiar era participar de una ceremonia de posesión articulada en torno a
“un poder hipnótico” que le permitía producir el retrato. Pablo disfrutaba de
ese “fantástico poder de fascinación” con el que desnudaba el alma de aquellos
que se ponían a su disposición. Porque para P.P.M. la fotografía era vida,
happening, algo antiestático y mágico que convertía a su famoso estudio de la
calle Monte Esquinza en ''una mezcla de Freud y de Cabaret''. Su lema favorito era ''Hay que vivir la fotografía''.Sigfrido Martín Begué (c) Pablo Pérez-Mínguez
Los años del cambio político en los 70, con sus
esperanzas, su destape y su desencanto; los felices años 80 y lo que luego se
llamó La Movida, de cuyo ambiente festivo y transgresor fue el mejor cronista y
partícipe; la irrupción de la Generación Y del Milenio lanzada sobre un Fin de
Siglo que se lo prometía todo, sin saber lo que venía después: todo ello pasa
por el estudio de P.P.M. Hace muchos años escribí una frase que se hizo viral:
“Si viviste los Ochenta y te acuerdas, es que no los viviste”. Radio Futura, Teatro Martín 1979 (c) Pablo Pérez-Minguez
Gracias a P.P.M.
el retrato personal y colectivo de aquellos años ha quedado fijado en el
tiempo, y lo podemos recordar, y las futuras generaciones, como ya lo hacen
hoy, tendrán que venir a bucear entre sus miles de negativos para entender
aquel periodo mágico de creación y transgresión que cambió la vieja imagen
casposa de aquella España rancia y cateta que el franquismo nos había dejado
como legado. Entre la revista Nueva Lente que él creó junto a otros amigos
y La Luna de Madrid con la que él colaboró durante años, todo lo que
estaba bien atado, quedó desatado, para siempre.[1]
Fotobsesión", P.P.M.,
Guillermo Pérez Villalta
y
Santiago Auserón (1985) © P.P.M
Pero junto al artista, está el agitador. Porque a
diferencia de otros artistas, que legítimamente construyen su obra desde un
solipsismo interior, P.P.M. fue un gestor, un pedagogo y un hombre preocupado
por avanzar la cultura de la imagen en España, y la de la fotografía en
particular, que en los años 70 estaba enormemente retrasada, y que, incluso, en
los 80, aún no había entrado en los grandes museos de arte contemporáneo. Su
trabajo en la revista Nueva Lente, en El Photocentro después, y
luego en su estudio abierto de la calle Monte Esquinza, fue ejemplar y
determinante para toda una generación de artistas y fotógrafos que él
contribuyó a formar, reunir y bautizar. Ningún otro fotógrafo de su quinta,
ningún profesor de arte o académico, ningún director de museo hizo tanto por aggiornar
y renovar la fotografía española contemporánea, vinculándola y
reconectándola con la europea y norteamericana.Fernando Vijande ca.1981. (c) P.P.M.
Este es, como digo, parte de su legado colectivo. En
una fecha tan temprana como 1984, en una entrevista publicada en el número 14 de
La Luna de Madrid, realizada por Paco Morales, Pablo, en pleno momento
de fama total vinculada a La Movida, reconoce que su interés entonces es el de
intentar hacer un museo de fotografía en Alcalá de Henares. Por primera vez, añade,
se siente con poder y nos describe ese sentimiento: ''La sensación de
poder como fotógrafo es fantástica, proporciona el hipnotismo que yo necesito
para conseguir mis fines de retrato y rollos con la gente. El poder da mucha
capacidad de hipnotismo. Noto que la gente se pone cada vez más a mi
disposición cuanto más caras cobro las fotos. Esto es muy interesante. Yo
consigo más de ellos y consigo más de mí. Es una fascinación a tope y yo la
uso. Uso la fascinación del poder porque los demás me dejan usarla''.
He aludido a Pablo como retratista principal. Me
gustaría extenderme en este concepto. Porque si Robert Frank retrata a Los
Americanos en los años 50, y Richard Avedon a los famosos de los 60 y los
70, Pablo Pérez-Mínguez hace lo propio con una serie que podríamos bien llamar
Los Modernos de la España del Cambio, donde se entrecruzan las miradas de
los dos maestros citados, pero, añadiendo a la suya propia el concepto central
de atmósfera en la imagen, tomado este de su admirado amigo Bernard
Plossu. al que, en
otro lado, define: ''Amigo de la vida, transparente, exacto y romántico,
fanático de lo simple, compañero, hermano y gran viajero, pero no de fronteras
sino de olores''.[2] En
mi poder obra una carta que me remite con instrucciones detalladas a la hora de
publicar una serie de fotos de Santiago
Auserón, como parte de una entrevista que le habíamos realizado. En ella,
P.P.M. muestra su desvelo como editor, que lo había sido, como decimos de Nueva
Lente, y ello es algo que lo distinguía de otros fotógrafos que no ponían
tanto interés en la manera de ver publicadas sus fotografías.
Divina May ca. 1981. (c) |
En esa carta, Pablo, junto a las cinco imágenes que nos remite, se preocupa para que su concepto de "atmósfera" se traslade, junto con la imagen, a las páginas de la revista. Dice Pablo, describiendo su proceso, que, por otra parte, es trasladable a otros retratados presentes en esta exposición:
"A cada
personaje invitado saco CINCO FOTOS, siempre con el mismo formato
blanco/blanquísimo e iluminación uniforme: ¡SIEMPRE EN EL MISMO ORDEN DE
MOTIVACIÓN! (las fotos van numeradas por
detrás):
1- LA
INEXPRESIÓN DEL ROBOT. (INEXPRESIÓN).
2- EL
DESPRECIO A LO MÁS DESPRECIABLE. (DESPRECIO).
3- GUSTANDO
CON SIMPATÍA. (SIMPATÍA).
4- MALESTAR
INTENSO/INTERNO (DOLOR).
5- CLARIDAD
FRENTE AL MILAGRO (ÉXTASIS)...
Este cuidado en retratar y reflejar la psicología y la
"atmósfera” del retratado y la secuencia temporal y emocional en la que
debe ser mostrada su obra, que siempre es más importante que el espacio,
nos habla de la delicadeza de su trabajo de estudio, y, hoy, de la dificultad
para mostrarlo, pues no siempre tenemos a mano instrucciones tan precisas como
las que yo entonces, hace 35 años, tenía.
Respecto de su papel intelectual,
estudioso, y promotor de la fotografía, al que antes hice referencia, no hay
nada mejor que recordar sus propias palabras. Así, en otra entrevista de época,
en esta ocasión en el número 31 de septiembre de 1986 dedicada a Nueva Lente,
y realizada por Juan Ramón Yuste y Javier Olivares, P.P.M., hace un repaso de
las generaciones anteriores a la Quinta, y dice:
Eduardo Momeñe ca. 1980. (c) P.P.M.
''En la Primera Generación estarían los
primitivos hasta Ortiz de Echagüe, Joaquim Pla Janini, Montserrat... La Segunda
(en los 20) sería la de los primeros artistas, los herederos de Echagüe, que
era un genio total: Catalá- Roca, Centelles, los Cantero, las grandes
sociedades fotográficas, Barceló. La Tercera sería la de los desgraciados, la
generación perdida, los agonistas. Los que rondan la cincuentena. Los que
llenaban las páginas de ''Imagen y Sonido'' y ''Arte Fotográfico'' en los 60:
Schommer, Miserachs, Maspons, Massats... Papel duro, grano y salonistas. La
Cuarta seríamos nosotros, los fundadores de NL y los Socias, Molina... Los más
''yuppies'', los que ahora rondamos los cuarenta. Somos más surrealistas,
teníamos otro techo que no eran los salones. La Quinta da entrada al color, a
la fotografía como concepto y expresión (la que cobijaba NL), a la autocrítica,
al diseño... Aquí estarían Fontcuberta, Villasante, Guardans, Vallhonrat, Gorka
Dúo, tú (Yuste) y, en definitiva, los que salieron en aquel NL del 74. Y
algunos más. Eran los modernos. Luego vinieron los posmodernos: Alix, Ouka Leele,
Paco Navarro... Estos ya serían la Sexta Generación. Y la Séptima sería la que
hay que buscar ahora: la de los nacidos en el 63 para adelante. La de Alcalá de
Henares, el hijo de Canogar... De todas formas, ahora no haría tanta falta
estas cosas, ni NL ni movidas. Está todo más normalizado''.
Torero Cordero, (Ignacio Gómez de Liaño) 1972, Nueva Lente, (c) P.P.M. |
Aquella entrevista se titulaba, como he comentado arriba, ''Hay que vivir la fotografía'' porque para Pablo, que tenía la fotografía en la cabeza: “LA FOTOGRAFÍA siempre fue para mí mucho más que un arte: es fiesta, es participación, es contagio, es entusiasmo, es alegría de VIVIR, es comunicación, es recuerdo, es Tiempo... ¡es CULTURA!
Finalmente, debo decir que si
para P.P.M. la fotografía era un arte de colaboración, no menos lo puede ser el
de mostrarla y exhibirla. Así, esta muestra está en deuda con muchas personas e
instituciones. En primer lugar, esta
exposición, que trata de reflejar el trabajo de P.P.M. como retratista
conceptual, pop, kitsch, posmoderno y místico a través de todas sus etapas, se
completa con una muestra inédita de sus diarios, reflexiones y aforismos de P.P.M., un biopic personal que nos muestra por primera vez imágenes inéditas
de su periplo vital, en una cronología preparada por su sobrina Rocío
Pérez-Minguez. Sin el esfuerzo de Rocío, esto no hubiera sido posible.[3]
En segundo lugar, debo mencionar al Archivo Regional de la Comunidad de Madrid, a su directora, Mª Nieves Sobrino García, que custodian una gran parte del legado P.P.M. de manera ejemplar; a los coleccionistas privados que tan amablemente han apoyado y aconsejado en el proceso de selección. En tercer lugar, al Centro de Arte de Alcobendas, y su directora Mª Paz Guadalix y su equipo de montaje, un centro que atesora una colección de fotografía nacional de primer orden; en cuarto lugar, a Eva Vizcarra, realizadora del documental producido por Endora Producciones, "P.P.M. Divertirse es un arte", premiado por la Comunidad de Madrid y que amablemente nos han cedido, y, al fin, a todas las personas que han colaborado en la formalización y materialización de esta exposición, y muy en especial al equipo de diseño que me ha acompañado en este proceso, encabezado Pablo Gonzalez de PeipeSL.
"Pedro Almodóvar y Fabio McNamara" (1981) © P.P.M. |
“LA FOTOGRAFÍA siempre fue para mí
mucho más que un arte: es fiesta, es participación, es contagio, es entusiasmo,
es alegría de VIVIR, es comunicación, es recuerdo, es Tiempo... ¡es CULTURA!" P.P.M.
[1] P.P.M. colaboró con La Luna de
Madrid, desde el nº O, y desde el 1, con su primer autorretrato en 1983, en el
agua del mar, tras su visita al Balneario de Carratraca, hasta el final de la
revista en 1988. P.P.M, junto con Bárbara Allende-Ouka Leele, Juan Ramón Yuste,
Alberto García Alix, Antonio Bueno, Jaime Gorospe, Gonzalo de la Serna, Ana
Torralva, Eduardo Momeñe, Javier Campano, Juan Manuel Castro Prieto, Domingo. J
Casas, Miguel Oriola, Humberto Rivas, Miguel Trillo, fueron, entre otros
muchos, algunos de los fotógrafos que hicieron que la Luna de Madrid fuera
posible, y la revista está marcada por todos ellos. De hecho, hicimos un número
especial con la colaboración de Carlos Serrano GAD y Keko Yuste, dedicado a Nueva
Lente, donde Pablo explicó su visión de la fotografía.
[2] B. Plossu, La Luna de Madrid, nº 37, 1987.
[3] Esta
cronología pertenece a la biografía inédita de P.P.M. que Rocío P.M. acaba de
finalizar y que deseo que pronto halle casa editorial, porque, al tiempo que
sigue la peripecia de Pablo, resume todo un periodo crítico de la cultura
moderna reciente en España, explicando muchas de las conexiones y relaciones
entre artistas y movimientos creativos.
sábado, 24 de abril de 2021
El Anillo de Giges. Las peregrinaciones heterodoxas por Santiago
Quiero preguntarme un poco por sus vicisitudes, imaginar el sentido vital que les trajo hasta estas extremas tierras y, por analogía y como coda final, puesto que este libro es necesariamente de nuestro tiempo, también hablo o extraigo alguna conclusión acerca de los peregrinos de hoy, y de sus distintas sensibilidades. En todo caso, no hace falta tal vez insistir en ello, todo libro es del tiempo de uno mismo, incluso cuando se habla del pasado, incluso cuando se escribe novela histórica. Igualmente, y aun siendo tarea complicada, he querido presentar o sugerir el peregrinaje de los otros peregrinos, que también los había, y a los que me resisto a llamar heterodoxos o apocalípticos, pero sirva esta ligera distorsión de la metáfora del maestro Umberto Eco para entendernos, y para destacar a aquellos respecto del caudal referencial de los integrados. Pues Eco, en su El Nombre de la Rosa, está muy cerca de nosotros en algunas de las cosas que se dicen aquí. Ahí está sin ir muy lejos su Alcuino de York, el joven que vendría a fundar la Escuela Palatina de Carlomagno, en Aquisgrán, y sobre cuyas encendidas cartas de heterodoxo amor algo diremos, siendo como es Alcuino parte de esta historia, merced a sus polémicas con los adopcionistas españoles, y a su decidido apoyo a Beato de Liébana.
Al centrarme o mirar hacia otros peregrinos ya declaro el segundo propósito de este libro, junto con el de la remitificación aludida. Y es que, de este modo, o con este remirar, he querido alejarme de la imagen un tanto edulcorada o blanda que afectan las descripciones corrientes del peregrino antiguo (y a veces del moderno) en cuanto ser piadoso, y figura fervorosa por el solo y mismo hecho de peregrinar. Tras Hijos delTrueno, Mitos y símbolos en el Caminos de Santiago, que me fue generosamente prologado por Carlos García Gual, con dos ediciones en Evohé, culmino aquí cuatro años de investigación en un ensayo que rechaza la imagen edulcorada del peregrino antiguo en cuanto ser piadoso y santo.
En el Anillo comparecen
los peregrinos olvidados: las peregrinas, pues «toda mujer que peregrina es una rebelde», las beguinas de Hildegarda de Bingen,
las brujas y las hechiceras, depositarias del saber antiguo. Y otros grupos
invisibilizados por la historia ejemplarizante del peregrino medieval: los
chicos y jóvenes, los mendigos y los peregrinos del precariado, y los
peregrinos gays.
El Anillo de Giges dedica una importante sección a los
heterodoxos y los alquimistas, centrándose, entre otros, en Arnau de Vilanova, Raymundo
Lulio y Nicolás Flamel, intérpretes del Cuerpo Hermético y buscadores de la
Quintaesencia.
El anillo de Giges, homenaje a Valle-Inclán y a J. R. R. Tolkien
y a la tradición del anillo, tiene la suerte de aparecer en el marco del Año Jacobeo 2021. Ojalá esta obra devuelva algo de chispa a la exégesis un tanto
triste que se nos suele proponer, reconectando el Camino con las primitivas
tradiciones paganas, celta y cristianas.
lunes, 1 de febrero de 2021
Hassan Fathy: a contracorriente colaboración especial de Hannah Collins
«En otro tiempo, había una belleza innata en todo lo que nos rodeaba: éramos nosotros mismos». Hassan Fathy, 1981
Cása Árabe |
Hassan Fathy en su estudio del Palacio Ali Effendi, distrito de Dar el-Labbana, El Cairo, 1980 © Aga Khan Trust for Culture. Foto Christopher Little. |
Casa Fathy en Northern Shore Sidi Krier, 1971© Aga Khan Trust for Culture. Foto Matjaz Kacicnik |
Fundación Dar al-Islam, Albiquiu, Nuevo México, 1980 © Aga Khan Trust for Culture. Foto Said Zulficar |
Dessert Entrance 2, (c) Hannah Collins, Galería Joan Prats |