Unos dicen que el virus habrá que pasarlo, sí o sí, impulsando la inmunización comunitaria. Y que el confinamiento masivo es sólo para retardar el impacto en el sistema sanitario. Los remedios que aplican unos países y otros, todos en estado de prueba, o los que proponen unos investigadores y otros, saltan a los titulares de los medios y las redes sociales en instantes. Nos llegan los titulares, pero no los remedios, claro. Todos esperamos el final feliz de esta película en la que nos han metido, como si el plasma de la pantalla nos hubiera abducido a modo de portal, y nos hubiera depositado en “Black Mirror” o en “12 Monos”. Pero resulta que es real. Y seguimos secuestrados. Los “amigos” de los protagonistas del Proces ya no protestan. Dirán, “hala, todos encerrados”. Pero Rufián, de nuevo, muy bien, el único que pidió ayer en la tribuna del Congreso que el rey emérito done 100 millones a la sanidad, para pagar las mascarillas y protecciones de esos pobres a los que todos los días aplaudimos, a las ocho de la tarde.Este es un blog para personas que piensan que la literatura es la verdadera religión de nuestro tiempo y de todos los anteriores, y que con Juan Ramón Jiménez repiten: "Los dioses no tuvieron más sustancia que la que tengo yo".
LOS COMENTARIOS
To the Happy Few: espero que estos comentarios y las otras ideas o divagaciones que siguen en la bitácora presente puedan ser de alguna utilidad a quien quiere seguir o ya está en este oficio o carrera de las letras, ya porque sea muy joven y no tenga a quién acudir, o ya porque no siendo joven de cuerpo sí lo sea de espíritu, y desee o considere que es adecuado, con toda llaneza, combatir de este modo que ofrezco el aburrimiento...
Las reglas de uso que propongo al usuario son simples: que tus comentarios busquen la contundencia de la piedra lanzada y suspendida en el aire, buscando allí afinar la idea.
Deseo también que estos pequeños dardos de este diario personal que aquí inicio sirvan como disparadero de ideas para otros proyectos ajenos destinados a otros espacios.
Por último, los diálogos que se produzcan los consideraré estrictamente privados. Y no es preciso poner punto final a los mismos, pues incluso los ya transitados pueden recrudecerse pasado un tiempo.
viernes, 10 de abril de 2020
Diario de la peste (4, 26 de marzo, Cantar en la escalera)
Unos dicen que el virus habrá que pasarlo, sí o sí, impulsando la inmunización comunitaria. Y que el confinamiento masivo es sólo para retardar el impacto en el sistema sanitario. Los remedios que aplican unos países y otros, todos en estado de prueba, o los que proponen unos investigadores y otros, saltan a los titulares de los medios y las redes sociales en instantes. Nos llegan los titulares, pero no los remedios, claro. Todos esperamos el final feliz de esta película en la que nos han metido, como si el plasma de la pantalla nos hubiera abducido a modo de portal, y nos hubiera depositado en “Black Mirror” o en “12 Monos”. Pero resulta que es real. Y seguimos secuestrados. Los “amigos” de los protagonistas del Proces ya no protestan. Dirán, “hala, todos encerrados”. Pero Rufián, de nuevo, muy bien, el único que pidió ayer en la tribuna del Congreso que el rey emérito done 100 millones a la sanidad, para pagar las mascarillas y protecciones de esos pobres a los que todos los días aplaudimos, a las ocho de la tarde.
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